El cambio que experimentamos del verano al otoño es lo que conocemos como el equinoccio de otoño. Este 2018 comienza el sábado 22 de septiembrecon la entrada del Sol en Libra. ¡La plenitud de la belleza de Venus! Este acontecimiento astronómico conlleva a que el día y la noche tengan la misma duración, por ello simboliza el punto de equilibrio entre la luz y la oscuridad. ¿Por qué sucede esto? Porque los dos polos de la Tierra se encuentran a igual distancia del Sol, permitiendo que la luz solar se irradie equitativamente tanto en el hemisferio norte como en el sur.
En el equinoccio de otoño se da apertura a la sanación espiritual y física. Cuando se inicia es muy especial, ya que es el momento cuando el día y la noche, la luz y la oscuridad permanecen en equilibrio. La energía que se mueve en ese periodo está íntimamente relacionada con los procesos de honra, agradecimiento, introspección, recuperación, meditación y tranquilidad.
En la antigüedad, los pueblos celtas celebraban a mediados de septiembre una gran ceremonia una vez que terminaba la cosecha y comenzaban las preparaciones para el futuro invierno. El Otoño era un periodo de transición y organización de los recursos, en donde la tierra entraba en reposo y la naturaleza en estado de hibernación. También evoca el hecho de que mientras la última cosecha ofrece sus frutos, nos preparamos para guardar y dar gracias por todo lo recibido durante el año.
Esta época trae al mundo energías de calma y la evaluación de los procesos. Como se ubica en el último trimestre del año, se debe aprovechar la reorganización y redirección de los proyectos en desarrollo. Asimismo, esta es la estación apropiada para dedicarse de lleno a restablecer los lazos energéticos o sanar afecciones de la salud.
Agradece todas las cosas que has logrado sembrar en este año: el empleo, la pareja, la salud. Así el Universo te seguirá regalando más al ver tu humildad y tu gozo por la vida. En esta época vemos el símbolo de la muerte de las plantas y el renacer a través del misterio que guardan sus semillas. Esta concepción de procesos cíclicos en el tiempo refleja el concepto de los ciclos de nuestra vida: la muerte y la resurrección constante en cada uno de nuestros procesos de vida. Te ofrezco una ceremonia que representa la cosecha, con la que nos conectamos con la diosa Deméter y honramos a la Madre Tierra.
Es un momento de gratitud, orientado hacia los objetivos materiales logrados. Cuando trabajamos con el principio de la gratitud en nuestra vida, abrimos las puertas de la abundancia y la prosperidad.